Cuando llamé a la gruesa y corroída puerta me recibió alguien que no me esperaba ¡Era Wilhelm, el tipo que nos acompaño la noche de las cervezas! Tenía mala cara, como si no estuviera acostumbrado a beber como lo hizo aquella noche en mi compañía. Solamente nos conocemos de esa noche, pero después de aquello me siento con confianza para charlar un poco con el.
Me contó que ni ella ni Vitus habían aparecido por aquí desde que los perdimos de vista anoche, se le veía un poco preocupado por ambos, y me imagino que es normal teniendo en cuenta en las historias en las que les he visto metidos otras veces.
Me contó que ni ella ni Vitus habían aparecido por aquí desde que los perdimos de vista anoche, se le veía un poco preocupado por ambos, y me imagino que es normal teniendo en cuenta en las historias en las que les he visto metidos otras veces.
Wilhelm también me pidió que le ayudara a buscarles y a investigar algo en lo que llevaba un tiempo trabajando, una patochada sobre el cielo y el infierno como mundos paralelos, una conspiración de la iglesia y tal... No pude evitar soltar una carcajada y decirle que no (después de todo esa gente tampoco me importaba tanto). Cuando me marchaba me preguntó si yo alguna vez había visto la clase de criaturas con las que Vitus se enfrenta y cómo no creía en todo ello, si no me había preguntado alguna vez sobre el origen de esas criaturas, mi respuesta fue que quizá hay cosas que es mejor no preguntarse y me fui.
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Que se sienta afortunado por haber podido llegar a su casa a dormir.
ResponderEliminarPinta interesante el diario de Corelli.